Que la tercera sea la vencida

Siempre tiene algo especial jugar con Huracán. Se siente distinto. Un rival que generalmente a Quilmes le cuesta mucho. Así terminó siendo aunque parecía distinto al principio. En si el partido fue de tramite parejo. Pero todo el primer tiempo se lo vio al conjunto cervecero mejor parado en todos los sentidos. Tenía mas claro lo que tenía que hacer y principalmente sabía como hacerlo. Alfredo Grelak dejó en el banco a Coria y a De La Fuente que en el primer partido habían sido de los mas claros del Equipo. Para darle lugar a Andrada y Escobar respectivamente. Lo raro de esa decisión fue luego ver que ninguno de esos jugadores ingresara. Con esos dos cambios el equipo tenia mas marca en el mediocampo y dos referentes de área como delanteros, sabiendo igual que Andrade se retrasa para tener mas contacto con la pelota, dejando al ruso García como nueve de área.

El primer tiempo Quilmes fue un equipo corto que encima pudo llegar fuerte y rápido por costados, ya sea a través de los volantes o de los laterales que pasaban también. El globo era todo lo contrario. La preocupación que tenía por generar fútbol desde la mitad de cancha hacia que el equipo se desordenara por completo y ahí era el lugar donde el cervecero podía dañar al quemero. Algunas buenas jugadas colectivas del decano mostraban ese buen mecanismo y funcionamiento y parecía que un error del Arquero rival podía suceder porque se lo veía apurado e inseguro. Pero mas que nada con los pies debido a querer salir jugando en todos los tiros. Ese error que parecía llegar al final sucedió pero fue con la manos. Quilmes armo una linda jugada de contra hasta que la pelota le llego a Fede Andrada, y fue ahí, cuando el ex River controló y luego de levantar la mirada la puso contra el palo mas lejano de Marcos Diaz que estaba mal parado y no puso del todo firmes las manos. La pelota le gano al frustrado intento del arquero y coqueteando entre sus dedos se fue al fondo de la red. El trámite siguió parecido aunque Huracán había desperdiciado alguna situación, aunque el desorden seguía mandando en sus filas. Así terminó la primera mitad. Como sucede generalmente en estos tiempos, donde la urgencia por ganar le gana a cualquier idea que hayas pensando. Aun viendo que las falencias del rival siguen siendo las mismas el que gana casi siempre retrocede y le regala el mazo al perdedor.

Eduardo Domínguez hizo dos cambios desde el arranque. Toranzo y Barrales, con la intención de tener mas gente en la mitad de cancha y un centro-delantero bien definido. Huracán con el ingreso del pato contaba en su equipo de generación además con Mariano Gonzalez y el Rolfi Montenegro. Si bien esos jugadores pueden generar preocupación y marcas rivales, también dejan un gran surco en la cancha ya que prácticamente no defienden. Los cambios de Grelak fueron como los hace siempre. Ficha por ficha. Sin arriesgar en casi nada. Quilmes fue poco para adelante cuando tenía espacio para recorrer. A todo esto Huracán había mejorado bastante pero mas que nada le favoreció el retroceso voluntario de su rival y así llego al empate. Una jugada que vino de derecha a izquierda para que un canterano del globo con un lindo zurdazo pusiera el empate parcial que terminó siendo el definitivo.

Quedaba algo así como un cuarto de hora y Huracán se vino pero no tanto. Los dos parecían conformes con el resultado, que solamente termina “sirviendo” porque es en la segunda fecha. Quilmes tuvo alguna contra mas que no supo aprovechar y algún tiro de Andrada que termino atrapando el arquero.

El partido terminó y se repartió todo en partes iguales. Las cosas son mas que claras y simples. Si no ganas te vas a la B. Y estos son los partidos que tenemos que ganar si o si. Al equipo se lo ve con muchas ganas y con ideas que con mas laburo van a terminar saliendo mas que bien. Pero ahora que todavía no salen del todo es cuando hay que ganarles a los miedos y poder cerrar los partidos haciendo el segundo gol y no meter un lateral mas para pasar al otro a jugar de volante y sumar jugadores defensivos. Se viene Independiente, después se viene boca y hay que dejar de masticar para empezar a morder de una vez por todas.

Foto de portada: Télam